Cuando sentimos dolor en alguna parte del cuerpo es común preguntarse si debemos aplicarnos calor o frío en la zona y durante cuánto tiempo.
Para empezar y por regla general, podemos pensar en el frío cuando se trata de articulaciones (rodilla, tobillo, hombro, etc.) y en el calor cuando el dolor es en la musculatura. Eso sí, como en todos los casos, esto tiene sus matices.
En general, el frío lo utilizaremos cuando tengamos un proceso inflamatorio agudo (enrojecimiento, aumento de la temperatura e hinchazón), cosa que suele suceder más a nivel articular. Dentro de los procesos inflamatorios más comunes se incluyen las tendinitis, brotes artríticos, procesos asociados a la artrosis, contusiones, ataques de gota, etc.
El calor, en cambio, lo utilizaremos cuando el problema se localice principalmente en el vientre muscular, como puede ser en el caso de contracturas, tensiones musculares, acortamientos, espasmos, etc.
Hay que señalar que si recibimos una contusión a nivel muscular o si tenemos un desgarro en el mismo y se presentan signos inflamatorios en la zona (inflamación aguda), lo que tendremos que aplicar será frío.
Igualmente, cuando sintamos dolor a nivel de la columna vertebral, por ejemplo, sin haber sufrido ningún golpe, caída o accidente, aunque se trate de una zona articular por regla general es más eficaz aplicar calor, ya que muchas veces es la musculatura de alrededor la que está provocando la molestia.
Como fuentes de calor podemos utilizar mantas eléctricas, sacos de semillas para calentar en el microondas, lámparas de infrarrojos e incluso calentar una toalla en el horno y aplicarla. El tiempo de aplicación será de unos 20 minutos, pero se puede dejar más tiempo siempre que no cause quemaduras. Es posible repetirlo varias veces al día.
Como fuentes de frío tenemos los cubitos de hielo, las bolsas de gel que pueden congelarse o calentarse en el microondas según se quiera frío o calor o una simple bolsa de guisantes congelados. Siempre que apliquemos frío pondremos un trapo, toalla o sábana entre la piel y el sistema de frío que usemos, porque una aplicación directa sobre la piel podría causar quemaduras. Así mismo, el tiempo de aplicación será de unos 10-15 minutos varias veces al día. Cuando se trate de un traumatismo reciente, la aplicación puede realizarse cada 2 horas. Si se trata de una lesión subaguda se podrá aplicar 2-3 veces/día. Ante una lesión inflamatoria crónica, la aplicación se realizará inmediatamente posterior a la aparición de la inflamación (por ejemplo, después de realizar la práctica deportiva).
En cualquier caso, si queda alguna duda consulte con su fisioterapeuta.
Nuria Rubí Cisneros
Fisioterapeuta número de colegiado 1242 (Illes Balears)
Clínica Córpore (www.corporeibiza.com)
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